Mariela Ivanier: el arte de la abundancia

Este año conocí a Mariela Ivanier en un almuerzo, gracias a una amiga en común. Me llamó la atención su mirada atenta y su atuendo colorido: una túnica, collares grandes y anteojos de marco ancho. Sin duda, alguien con personalidad, pensé. La había cruzado alguna vez en un evento, pero nunca había tenido trato con ella.

Sabía que era colega y experta en gestión de crisis. Poco después coincidimos en una interconsulta por un cliente y, a partir de allí, empezaron a surgir encuentros —siempre por iniciativa de Mariela— que me permitieron conocerla más hasta llegar a esta entrevista.

Una de esas invitaciones fue a un evento en su casa. Allí descubrí su mundo, enmarcado en la Colección Rivarola: unas 400 obras de arte, supe después. En ese momento me limité a observar: el recibidor, el bar azul, el living (que también es su oficina), el comedor, el dormitorio “rojo amor” y hasta el vestidor, todos colmados de arte.

Sí, también el vestidor, porque Mariela abre su casa de par en par, literalmente. “Mi intimidad está en otro lado, no en que conozcan mi vestidor. Yo tengo una vida personal, muy personal, como casi todos, que no está en este departamento ni en esta colección ni en los objetos”, sentencia con claridad.

Donde se mire hay obras, pero también colecciones de objetos: jarrones, estuches de anteojos, muñecas, animales en miniatura. Mariela colecciona arte desde hace 28 años. “El arte es un profundo disfrute, no hay reflexión ni demasiado análisis, es puro corazón y panza. Como digo yo, es tripa. El arte no es una terapia, es un espacio de juego y de disfrute, claramente”, detalla con entusiasmo.

De la crisis y el caos a la armonía

Lo primero que pensé al entrar a su casa fue: ¿cómo tanta obra puede coexistir de manera armónica siendo cada una tan única? Podría ser un caos absoluto. Una crisis visual. Pero Mariela es experta en manejar situaciones complejas. Y ese expertise le permite armonizar lenguajes, personas y personalidades tanto en su trabajo como en su vida personal.

Mariela Ivanier: el arte de la abundancia

Gestionar crisis implica gestionar personas y empresas, con sus egos, miserias, complejidades y momentos de debilidad. “Es un trabajo muy demandante: tengo clientes que atraviesan situaciones complicadas y que requieren no solo de una mirada, sino de una segunda mirada y de una escucha. Las decisiones que uno toma tienen una implicancia muy fuerte en la vida del otro, en la vida de los demás, y eso me genera una enorme responsabilidad”, explica con claridad.

Lo diverso nutre y enriquece

También participé de uno de sus famosos Tés de colección. Allí entendí que Mariela logra con las personas lo mismo que hace con el arte en su casa: que la diversidad conviva y se enriquezca.

Le gusta tender puentes entre personas de distintos ámbitos. Abre sus puertas a conocidos, amigos y completos desconocidos, los presenta, les da un motivo y abre el diálogo. “Me encanta pensar que esas dos personas nunca se hubiesen conocido si este encuentro no ocurría. Y que a partir de ahí pueden hacer algo juntos: enamorarse, hacer negocios, hacerse amigos, volver a verse. Eso me da un enorme placer”, resume.

Y su profesión se vuelve vocacional en estos encuentros: “Con un agregado que te sumo y que para mí es un desafío: muchas veces concurre gente, voluntaria o voluntariamente, que tiene algún conflicto. A mí me gusta desafiarme a mí misma y saber que ese conflicto, gracias a mí o a no incomodarme cuando los recibo, se diluye”.

Aquello que antes era natural —que las personas se conozcan cara a cara y hablen mirándose a los ojos— hoy, con el mundo digital, parece haberse desprestigiado. Todo se traslada a lo virtual, incluso cuando la gente se reúne sólo para producir contenido, pero sin estar realmente presente.

El arte como disfrute y como acto de compartir

Además de disfrute, el arte es la melodía central en la vida de Mariela y siente la necesidad de compartirlo. De allí nacen sus eventos.

Té de colección comenzó hace quince años. “Hubo una conversación fundacional con mi hija Mora, que en ese momento tenía 10 años. Le expliqué que teníamos cosas muy lindas como para no compartirlas y ella estuvo de acuerdo. Yo quería invitar a gente para que las disfrute y, al mismo tiempo, enseñarle a mi hija a recibir. Eso se aprende en casa, no en un curso”, recuerda.

De ese ciclo nació un libro en coautoría con Gabriela Kogan y, durante la pandemia, el segundo: El arte está en casa, una compilación de 141 relatos de mujeres y su relación con el arte.

Otro proyecto es Arte en pequeño formato, una muestra anual organizada junto a Victoria Baeza, Santiago Arce y Mariana Gallegos de Los Santos. “Este año nos animamos a hacerlo en el Museo de Arquitectura. El pequeño formato es más accesible: alguien que nunca compró arte difícilmente arranque con un cuadro de dos metros por dos, pero sí puede animarse a uno de 30×20. Y lo logramos: en esta edición se vendieron cerca de 150 obras”, celebra.

Intensidad, pasión, abundancia

Todo es intenso en el mundo de Mariela Ivanier: el color, las palabras, el arte, los vínculos. Ella misma lo resume: “Soy abundante. Abundante en temas, en gente, en arte. Soy exagerada. Profundamente exagerada”.

Sin embargo, al preguntarle por sus pasiones principales, sorprende: “Mis dos grandes pasiones en este momento no están colgadas en ningún lugar: son mi hija Mora y mi compañero Santiago, un hombre bueno, que me costó muchos años encontrar”.

Definirse en una palabra

Cuando le consulto cómo le gustaría que la definieran, la abundante Mariela se queda en silencio por primera vez: “Mirá el silencio que provocaste. A mí me gustaría que me definieran como una buena persona”.

Recuerda entonces a su abuelo José, quien con solo séptimo grado se convirtió en un gran empresario en San Juan. “Hay una palabra en ídish que lo define: mensch. Significa buena persona, alguien trascendente, importante para su comunidad. Eso era mi abuelo y me gustaría heredarlo”.

Mariela Ivanier: el arte de la abundancia

La emoción la invade al evocar su muerte: “Cuando murió, en San Juan cerraron los comercios para acompañarlo. Yo tenía 16 años. Recuerdo al ciego que siempre vendía ballenitas en la puerta de su negocio; mi abuelo siempre le compraba. Cuando pasó el camión con su féretro, ese hombre gritó: ‘Adiós Don José’. Después no pude ver más. Como el ciego”, relata con lágrimas en los ojos.

Esos mismos ojos —curiosos y atentos, que me sorprendieron en nuestro primer encuentro— son ahora el telón final de una entrevista abundante en emociones.

La lluvia hizo brillar aún más a Gusmán en el BAFWeek

Ayer al mediodía, en el marco de BAFWeek el Museo Larreta se preparaba para recibir uno de los desfiles más esperados: la presentación de “Turucuto, de Tucumán al Mundo”, la nueva colección de Gusmán.

A las 13 horas, cuando los invitados empezaban a llegar con sus looks cuidadosamente elegidos, la lluvia sorprendió y puso a prueba la organización. El montaje estaba dispuesto en los jardines del museo, un escenario natural de árboles centenarios que, de pronto, se transformaron en improvisado refugio. No había plan B: sólo quedaba esperar.

Una  barra de Chandón y regalitos de Avon para los invitados eran el entretenimiento mientras se decidía qué hacer. Y como dicen que ‘La actitud es todo” se le puso el pecho al clima y se siguió adelante.

Lejos de arruinar la experiencia, el clima terminó por darle un aire único al evento. El público se acomodó bajo la copa de los árboles y, entre charlas, risas y paraguas abiertos, los invitados se hacían fotos mientras se reorganizaba el comienzo del evento.

El resultado fue casi poético. Con música en vivo de raíces bien nuestras, cercana al folclore, las modelos recorrieron los senderos del jardín luciendo las piezas de Turucuto. Predominaron las telas de algodón y algunos toques de seda, en siluetas fluidas y ligeras que parecían fundirse con la brisa y la lluvia. La paleta de colores viajó de los tonos pasteles a los crudos, grises y tierras, con el jean como aliado urbano y el negro como contrapunto elegante.

Hubo estampas de inspiración mediterránea, con líneas rojas o celestes, motivos de limones y remeras que resignifican palabras de raíz popular como changuita. El resultado transmitió una frescura rústica, con prendas sin accesorios que brillaron por sí mismas, donde lo artesanal y lo contemporáneo convivieron en equilibrio.

El nombre de la colección tampoco es casual. En Tucumán, “Turucuto” se refiere a la acción de llevar a un niño “a caballito” o “a cococho”. También ha sido utilizado en propuestas artísticas locales, como dúos musicales o espectáculos que mezclan folclore con paisajes urbanos. Gusmán retoma esa raíz popular y la proyecta hacia una mirada global, llevando la esencia tucumana “al mundo”.

Así, lo que comenzó como un desafío climático terminó en una postal memorable: moda, cultura y naturaleza conviviendo en perfecta armonía, con un público que vivió la experiencia entre brindis, conversaciones bajo los árboles y la emoción de ser parte de un desfile único.

Una cata al estilo tertulia entre arte e invitados ilustres

Ingresar a la Colección Rivarola, de Marcela Ivanier, es ingresar a un submundo de arte y personalidad. Podrìa uno sentirse en una película de Almodovar por los colores vibrantes que definen cada estancia de lo que es su casa y galería de arte de su colección privada.

El lugar creaba un clima íntimo y sofisticado que anunciaba algo más que una simple cata de vinos: era una experiencia sensorial y cultural. Allí, en el corazón de Buenos Aires, se reunieron empresarios, figuras públicas y amantes del vino convocados por Mariela para degustar los vinos de Finca Suarez de la mano del mismo Facundo Suárez Lastra, ex intendente porteño, político con historia y actual alma mater de Finca Suárez, el proyecto vitivinícola familiar enclavado en el corazón de Paraje Altamira, en el Valle de Uco,  Mendoza.

Sobre la Finca 

Fundada en 1921 por su bisabuelo Leopoldo, Finca Suárez es una bodega con linaje, silenciosamente prestigiosa, recuperada y reconvertida por Facundo. Inspirado por el legado familiar y el potencial del terroir mendocino, se propuso modernizar la finca sin perder el alma artesanal que la define. Desde entonces, Finca Suárez se posiciona como un referente de la vitivinicultura boutique de altura, con vinos expresivos, precisos y profundamente ligados a su origen. Desde 2011 llegó la cuarta generación de la mano de Juanfa Suarez quien  se incorporó a la empresa familiar. Aportó una búsqueda hacia vinos de terruño y prácticas agrícolas sustentables

La finca se ubica sobre suelos aluvionales, pedregosos y ricos en carbonato de calcio, propios de Paraje Altamira. Estas condiciones, combinadas con la altitud —a más de 1100 metros sobre el nivel del mar— y el clima fresco del Valle de Uco, permiten elaborar vinos con acidez natural, tensión, estructura y una expresión única del lugar. En estos suelos se cultivan variedades como Malbec, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Pinot Noir y Semillón, con rendimientos bajos y gran concentración.

La Cata

Suárez Lastra no solo ofició de anfitrión, sino que condujo personalmente la degustación con humildad, pasión y explicaciones sobre geografía y terroir. Así presentó las etiquetas más destacadas de su finca, logrando captar la atención tanto de paladares expertos como de curiosos entusiastas.

La cata comenzó con el Pet Nat, un espumante natural, vivaz y refrescante, elaborado bajo método ancestral que sorprendió por su frescura y carácter. Le siguieron el Chardonnay, elegante y mineral, y el Semillón, de perfil más austero y textura envolvente, ambos blancos fermentados con levaduras autóctonas y sin intervención excesiva.

El recorrido continuó con el Malbec, fresco, jugoso y representativo del estilo de la casa; seguido por el Cabernet Sauvignon, intenso pero equilibrado, con notas especiadas y taninos firmes. Como broche de oro, se degustó “Las Piedras”, un vino de parcela elaborado a partir de viñedos implantados sobre suelos calcáreos de gran profundidad, que ofrece complejidad, mineralidad y una marcada personalidad.

La cata fue maridada con platos exquisitos de la Chef Paula Comparatore, chef que siempre está en la búsqueda de honrar las raíces culturales y culinarias y así lo hizo con la propuesta de guiso y  humita entre otros platos.

La Anfitriona

Marcela Ivanier, impecable anfitriona y mentora de tan personal espacio que fusiona arte, con su hogar y oficina; una joya bien guardada de la ciudad de Buenos Aires, recibió a los invitados con la calidez y gran don de gente. Su sede, mezcla de galería y refugio cultural, fue el marco ideal para una velada en la que el vino y la conversación se entrelazaron con naturalidad.

La noche se extendió entre brindis, recorridas por las piezas de arte  que visten el lugar, y reflexiones compartidas. No faltaron los elogios a los vinos ni las charlas sobre el valor del encuentro, del trabajo artesanal y del regreso a las raíces.

Finca Suárez hoy produce en pequeña escala, bajo una filosofía de mínima intervención, respeto por el terroir y foco en la identidad de cada variedad. La bodega busca contar una historia sincera y cuidada en cada botella.

Así fue como una noche de otoño porteño se convirtió en testimonio de una pasión que atraviesa generaciones, copas en alto y una Argentina que, entre cepas y memorias, siempre tiene algo nuevo para brindar.

Silencio salvaje: un viaje al corazón del Iberá

Salimos de Buenos Aires antes del amanecer. El auto avanzaba hacia el noreste, cruzando rutas dormidas y pueblos que se desperezaban con los primeros rayos de sol. Atrás quedaban el ruido, las bocinas y la ansiedad urbana. Adelante, nos esperaba una travesía hacia uno de los rincones más puros del país: los Esteros del Iberá. Un viaje al territorio del agua, la fauna y el tiempo detenido.

Silencio salvaje: un viaje al corazón del Iberá

Después de unas 10 horas de ruta, con paradas para cargar nafta, estirar las piernas y dejarnos sorprender por paisajes rurales, llegamos al corazón de Corrientes. El último tramo fue el más desafiante pero sabíamos que habíamos elegido ir al lado B de los Esteros, un lugar donde no nos sentiríamos turistas sino locales. Así, entre espejos de agua y pastizales, apareció la tranquera de la Estancia San Juan de Poriahu con su escarapela de chapa, uno de los secretos mejor guardados del Iberá.

Una casa, mucha historia

Ubicada a 12 kilómetros de  la localidad de Loreto sobre la ruta nacional 118 en  Corrientes, la estancia es más que un hospedaje: es una casa viva, testigo de generaciones. Una estancia histórica que data del siglo XVII. Esta estancia jesuítica, enclavada en el corazón de los Esteros del Iberá, ofrece una experiencia auténtica que combina la historia colonial con la biodiversidad única de los humedales correntinos.

Atendida por sus dueños, Marcos nos recibe como si llegaramos a casa, nos cuenta un poco del lugar y nos invita a pasar a lo que es la casa familiar y que hoy funciona como hospedaje y allí nos dividimos los cuartos entre quienes fuimos. Este viaje fue un viaje familiar y el lugar es ideal porque éramos 3 parejas y algunos niños y jóvenes y ocupamos la casa principal y una de las casas laterales que cuenta con dos habitaciones más con sus baños..

La tierra del agua

Esteros del Iberá es uno de los humedales más grandes del planeta, y probablemente el menos explorado. Este inmenso sistema de lagunas, esteros, bañados y embalsados es el hogar de más de 4.000 especies de flora y fauna. Aquí viven carpinchos,  ciervos de los pantanos, yacarés, aguará guazú es, monos carayá, lobitos de río y más de 350 especies de aves.

En San Juan de Poriahu uno abona un valor todo incluido diario que incluye el hospedaje, las comidas y las excursiones. Allí se convive con esa fauna de forma orgánica. Las excursiones no tienen horario fijo ni formato prefabricado. Se adaptan al ritmo de la naturaleza y de los hospedados. 

La tierra del agua

Una mañana se sale en lancha para navegar por los canales del estero; otra tarde se cabalga hasta el monte nativo donde anidan los chajás. Hay caminatas guiadas, safaris fotográficos y momentos donde simplemente se observa. El espectáculo está garantizado.

Tiempo y raíz

La estancia funciona también como una cápsula del tiempo. No solo por el paisaje que permanece casi intacto, sino por la conexión con lo esencial. Las charlas se disfrutan sin pantallas de por medio. La rutina diaria está atravesada por la lógica del campo y los ciclos de la naturaleza.

Cada comida es una ceremonia: tostadas de pan de campo con dulces caseros,en el desayuno, guisos de campo, carnes de la zona, tortas fritas por la tarde. La mesa es también el lugar donde Marcos, nuestro  anfitrión  cuenta historias: de jaguares que regresan a Iberá, de científicos que pasaron por allí, de los primeros esfuerzos por preservar el ecosistema cuando nadie hablaba aún de turismo sustentable y sobre todo mucha historia.

Volver distinta

Al tercer día, mi reloj interno ya no funcionaba. Dormía con el sonido de los sapos y me despertaban las aves. Aprendí a distinguir al carpincho macho por su tamaño y al ciervo por el brillo de sus ojos. Descubrí que en el Iberá no se va simplemente a descansar: se va a desarmarse, a sacarse las capas urbanas de encima. A entender que somos uno con un todo. A reconectarnos con la esencia.

Cuando llegó el momento de partir, la sensación fue extraña: irse no era solo dejar atrás un lugar, sino salir de un estado. Volví distinta. Y con la certeza de que hay destinos en Argentina que todavía guardan magia, porque resisten la prisa y el ruido.

Lo de Jesus, en pleno Palermo

Si hay algo que siempre es recomendable es cambiar un poco de aire y salir de las opciones cercanas a casa para experimentar la extraordinaria oferta gastronómica que Buenos Aires ofrece. Eso hicimos y esta semana fuimos a sentirnos un poco turistas en nuestra ciudad, esta vez en Palermo, en la parrilla Lo de Jesus.

En la esquina de Gurruchaga y Cabrera se encuentra, con un ambiente de clásica y tradicional parrilla de la ciudad: Lo de Jesús. Un lugar sin duda con historia ya que este emblemático lugar de Palermo nace en 1953 cuando el inmigrante español Jesús Pernas fundó junto a su esposa Lola, un pequeño almacén de barrio de Palermo que se volvió punto de encuentro de los vecinos. 

Con el tiempo, el lugar devino en un clásico bodegón porteño hasta evolucionar en lo que es hoy: un restaurante especializado en carne a las brasas que ofrece buena variedad de platos  en su carta con clara especialidad en la parrilla .

Uno puede vivir tres lindas propuestas al llegar al lugar y elegís dónde sentarte. Se puede optar por una mesita en la vereda, un rincón en el fresco jardín o un espacio íntimo en el salón principal.


Lo de Jesus, en pleno Palermo


Luego, al abrir la carta para decidir qué comer, llega la sorpresa al descubrir que  el menú ha sido diseñado cuidadosamente por el reconocido chef Darío Gualtieri (Hotel Llao Llao, Hotel Hyatt, Amarra).

La atención, factor fundamental de una buena experiencia gastronómica fue muy buena. Sebastian el mozo que nos tocó en suerte, con una celeridad poco común se dispuso a brindarnos un servicio de primera como solo los mozos de oficio saben dar.


Lo de Jesus, en pleno Palermo


La calidad de la carne realmente era muy buena y eso es clave para los amantes del buen asado. El secreto: para el proceso de cocción se utiliza quebracho blanco, espinillo y carbón vegetal, que le añaden un toque ahumado único.  Las ensaladas abundantes, frescas y bien sazonadas son la pareja perfecta para completar la experiencia.

Buen vino 

Un capítulo aparte merece la amplia carta de vinos, aunque sus precios están más bien apuntados al público extranjero que al nacional hay que reconocerle la variedad de opciones. Jonathan el sommelier del lugar, en un portuńol que le dá una nota de color, ayuda a desmenuzar y conocer dando valorados consejos.


Lo de Jesus, en pleno Palermo


La experiencia se completa con clásicas opciones de postres e infusiones que otorgan un cierre ideal a un buen momento gourmet.

  • Dirección: Gurruchaga 1406, Palermo, Buenos Aires.
  • Teléfono: +54 11 3943-1734
  • Instagram: @lodejesus
  • Horarios: Abierto todos los días de 12:00 a 01:00.

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okasan

La consigna era clara en mi grupo de lectura “Las Ateneas”. Debíamos leer el libro Okasan de Mori Ponsowy y luego iríamos todas juntas a ver la obra al teatro Picadero protagonizada por Carola Reyna.

El libro

El libro tiene no más de 150 páginas. De lectura sencilla y delicada. La narradora viaja por primera vez a Japón para visitar a su único hijo, quien se ha ido a vivir a ese lejano país gracias a una beca de estudio.

El viaje no sólo es un recorrido hacia una cultura tan distinta y sorprendente como la japonesa de la que sabemos poco y deberíamos aprender mucho. Es un viaje interior de reconversión de una madre de niños a una madre de adultos. De reconección con uno mismo, con quien se es más allá de a quién se cría. Es además el descubrimiento de su propio hijo, ahora un adulto independiente que ha armado su vida en otro lugar, en otra dimensión.

Si estás en etapa de nido vacío o semi vació con hijos jóvenes aunque estén en tu casa es imposible no sentirse identificada. Si además te pasa como cada vez es más común que tienes un hijo viviendo en el exterior se te hace aún más carne la lectura.

El libro se puede comprar online en Mercado Libre y es un regalo ideal para cualquier madre en ese estadío.

El teatro

El programa era un «programón», 12 mujeres unidas por la pasión de la lectura y fascinadas por hacer programas que nos llenen el alma. El teatro Picadero al que al menos yo no iba hace décadas me sorprendió por su callecita peatonal y por su puesta en valor con ese edificio tan antiguo preservado y esa barra en el medio que invita a pasar desde que ingresas, un buen momento.

En el viaje de ida nos preguntábamos cómo sería la obra. Sin duda pensé que sería un monólogo, un unipersonal, no me lo imaginaba de otra forma.

Carola Reyna en el papel de la madre, sorprende sosteniendo una hora y media de obra, sola en el escenario con una gran capacidad artística. Con numerosos recursos que sólo una actriz de oficio puede aprovechar. Cada elemento, por sencillo que parezca, lo utiliza con maestría para darle ritmo y cambios de ritmo a la obra. Su voz, sus expresiones y su postura escénica nos permiten viajar, reír, emocionarnos y también llorar al compás del relato de Okasan.

okasan

La yapa de esta noche. En la platea está su hijo que vive en España y que por primera vez viene a ver la obra. Ella saluda al público. Pega dos saltitos cual niña emocionada y baja a la platea a fundirse en un abrazo eterno con él.

La obra está en cartel todos los viernes y las entradas se pueden comprar en https://www.teatropicadero.com.ar/

okasan

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casa lucía

Por @viaja2net

Casa Lucía es parte de la cadena Único Hotels que desembarcó en Argentina con una propuesta de Lujo en la calle Arroyo. El Lobby del hotel invita a ser disfrutado con un amplio techo vidriado y sus propuestas gastronómicas sellan la experiencia.

La calle Arroyo está cada vez más linda, desde que ampliaron sus veredas y se acompañó su recorrido ondeante con bares y restaurantes que se sumaron a la gran oferta de galería de artes es sin duda una joya en medio de la ciudad. A este contexto Casa Lucía logra ponerle el sello de calidad ideal para los viajeros exigentes.

casa lucia

Edificio emblemático

El nuevo hotel está ubicado en el edificio Bencich, también conocido como la torre Mihanovich, porque la mandó a construir el empresario naviero Nicolás Mihanovich en 1925 y fue inaugurado cuatro años después. A los pocos meses de su finalización, Mihanovich murió y los hermanos Bencich, dueños de la constructora que había levantado la torre, terminaron comprando el inmueble.

Durante más de 70 años, el edificio funcionó como una torre de viviendas, hasta que a fines de los ‘90 el grupo francés Accor llegó a un acuerdo con la familia Bencich para reciclar la torre en un hotel de lujo.

En 2002 se concretó la inauguración del hotel Sofitel Arroyo, que funcionó como un cinco estrellas hasta fines de 2017, cuando venció el contrato de alquiler que tenía Accor con la familia argentina. Un año después llegó la pandemia y la torre permaneció cerrada.

El bar y el restaurante

El hotel cuenta con una gran barra en el lobby del hotel y Le Bacan bar dignos de ser disfrutados ya sea para tomarse un respiro de la rutina, entablar relaciones en reuniones de trabajo o simplemente gozar de un buen momento.

casa lucia

Con una atención acorde a la calidad del hotel y una carta variada para disfrutar los principales placeres de la gastronomía argentina y una amplia cava, el restaurante La Cantina cuenta con todo lo esencial para pasar un gran momento de placer o trabajo. Un ambiente íntimo y acogedor que  invita a deleitarte con los auténticos sabores locales argentinos en cada bocado, mediante una cuidadosa selección de platos elaborados con ingredientes frescos y de alta calidad.

nuevo hotel de lujo

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Por: Mercedes Cordeyro

@viaja2net 

El pasado viernes 15 de marzo en el restaurante Mustang Meat Market, Be Connection y la relacionista pública del lugar convocaron a 15 mujeres, entre las que tuve el gusto de estar, para debatir sobre la actividad que realizan en redes sociales.

“La idea es juntar influencers/micro-influencers de la  zona de Nordelta, mujeres con cuentas activas en redes, para charlar en el mes de la mujer, sobre hacia dónde vamos, cómo podemos aportar cada una desde lo suyo para que las redes sean más reales, genuinas, amables”, detallo Rosa Alamo..

Mientras disfrutamos de un rico almuerzo fuimos presentándonos y contando algunas cuestiones que sentimos, vivimos de cara a estar activos en redes sociales.

Una de las más activas y con más trayectoria en las redes sociales dentro de las que estábamos allí era Belu Moroni conocida por su Warmi Store y la feria que creo Warmichella. Dijo algo que fue sintético y claro: “Debemos evitar el  EGOsistema  para convertirnos en un ECOsistema”. 

Sin duda el Ego es un factor importante que entra en juego entre todos los que exponemos nuestras vidas, actividades o pensamientos en las redes sociales. Y cuando el ego se apodera de uno, se es menos uno y más lo que uno quiere reflejar y ahí entran a jugar los filtros, las puestas en escena de un mundo ideal, una casa perfecta, unos niños ideales y todo lo que mostramos parece inverosímil.

Poco a poco se pierde con ello credibilidad o se aleja al otro desde lo aspiracional.  Pues es casi imposible sentir empatía con tanta perfección. 

El otro punto clave que se resaltó es el logro del equilibrio entre la exposición en las redes y el entorno de afectos y familia. Es difícil a veces ser invitada a un restaurante y querer disfrutar en pareja y tener que frenar cada bocado para sacar la foto perfecta. 

O los hijos, en mi caso tengo hijos grandes y son tus más duros jueces: que si dijiste, que si estás horrible en la foto, que qué vergüenza lo que hiciste….Son parte de las cosas que te frenan y te enfrían las ganas de hacer más-

A veces pienso en las mamás influencers que exponen todo el tiempo a los niños…¿qué opinarán ellos cuando sean autónomos?.

También están los años, ser influencer, cubrir un evento, y ponerte los anteojos para escribir una historia…Uf!!! es duro!! Se va todo el glamour y se enfría el momento, pero bueno, es parte de las reglas del paso del tiempo.

Muchos se copan y quieren ser influencers porque reciben regalos e invitaciones. En mi caso fui bastante mimada, viajes increíbles, regalos super lindos y eventos especiales muy divertidos. Desde que empecé hasta la pandemia estaba a full. Una agenda intensa de viajes y actividades.

En mi caso la pandemia enfrió el juego, me conecté mucho con mi interior y pude frenar mucho acelere que tenía acumulado de décadas. 

Pero en los regalos y compromisos también está el lado B en donde te piden que hagas de todo por un paquete de galletitas o un detergente para lavar la ropa. Como si esto fuera un juego y no. Es tiempo. y el tiempo es lo que más vale. 

En mi caso, y muchos coincidieron, el tiempo es uno de los valores más grandes que tengo. Y si lo pierdo es lo único que no he de recuperar. Por ende elijo hacer sólo aquello que me hace feliz. 

Para cerrar dejo algunos de los puntos que resalto de esta conversación que salieron en la charla:

  • Generar comunidad con los seguidores, ver cómo se sienten relacionados a uno es gratificante.
  • Lo importante es conectar desde lo genuino, ya sea un saber, un compartir un hobby, enseñar o nutrir de compañía.
  • Estar siempre activos es cansador, es demasiado esfuerzo.
  • Se reciben pocos comentarios negativos, y a veces de ellos surgen grandes ideas.
  • Mucha exposición puede agotarse y uno necesita escaparse.
  • Estar es un medio para generar negocios.
  • Para que sea sostenible hay que disfrutar lo que uno hace.
  • Es importante el impacto que tiene la exposición de uno en los seres queridos: pareja e hijos, a veces por estar activos en las redes se resienten momentos familiares.
  • Muchas veces no todo lo que brilla es oro, a la hora de analizar si es económicamente viable, muchos perfiles son sólo un hobbie. 
  • Seguirle el ritmo a todas las novedades y redes sociales que aparecen es complejo.
  • Pagar para que te sigan está cuestionado. Pagar para hacer negocios es hoy inevitable,

Es un tema que da para muchas charlas y en mi caso que tengo muchos sombreros…el de Editora de Revista Locally, el de micro super micro influencer en @viaja2net, el de personalización de la marca en @delBAZAR y el de socia de agencia de estrategia de marketing digital en Way2net conozco muchas de las caras de esta moneda y sin duda no es sencillo ni ser, ni crear una marca, ni trabajar con los mejores influencers para una marca. 

Hoy siguen vigentes y son parte de el ecosistema digital, espero siempre que podamos aportar algo más que buenos momentos o buenos datos desde cada cosa que hacemos.

Costa oeste de Florida, destino de playas

Costa oeste de Florida, destino de playas. 

Viajar a Miami es un destino más que común para muchos argentinos. Visitar Orlando y los parques de Disney es otro de los puntos elegidos a la hora de pisar Florida en Estados Unidos. Sin embargo, Florida tiene mucho más para dar y es por esto que en este viaje optamos por realizar un recorrido en auto por parte de la  costa oeste. 

Nuestro recorrido duró unos cinco días y lo hicimos a principios de septiembre, el fin del verano en la zona por lo que se podía apreciar la calma luego de los tormentosos meses de veraneantes. 

Costa oeste de Florida, destino de playas

Día 1 – Lovers Key

Inicialmente pensábamos avanzar desde Naples, ubicada en dicha costa justo a la misma altura que Fort Lauderdale y de allí ir hacia el norte. Pero el inicio de esta escapada de cinco días coincidió con mi fecha de cumpleaños y me organizar el festejo en Lovers Key que queda aproximadamente una hora más al norte.

Esta playa está emplazada dentro de un parque estatal y al llegar uno encuentra un estacionamiento, un espacio de servicios y una especie de colectivo abierto que te ofrece acercarte a la playa, aunque también podes ir caminando por las pasarelas. La playa es finita al llegar pero a medida que pasan las horas la marea baja dejando espacio a una playa generosa. Un mar agradable y vasto que invita a fundirse en el.

Día 2 – Siesta Beach

Luego de pasar el día allí comenzamos a avanzar por la ruta 75 e hicimos noche en la zona de Estero. Esta costa es el lugar habitual de vacaciones de verano de  quienes residen en Florida y cuenta con numerosos hoteles, playas y restaurantes. 

Es una zona de cayos paralelos a la costa. Una playa muy conocida allí es Bonita Beach y más al norte Venice Beach. Toda esta zona está al sur de Fort Myers. 

Vale la pena caminar por los pueblos como Leachs Key en donde tal como en las películas se ve la mano de la comunidad trabajando para que cada día sea un lugar más lindo. Con espacios verdes, esculturas cuidadas y puntos de encuentro para vivir en armonía.

De allí partimos a siesta Beach un lugar para quedarse a pasar la noche y comer en el centrito que tiene toda la onda y variada oferta gastronómica.Siesta key es sin duda un punto para pasar días de playa y variar un poco la opción de Miami Beach.

Costa oeste de Florida, destino de playas

Respecto del alojamiento en nuestro caso fuimos recorriendo la costa y a medida que se acercaba la noche nos fuimos alojando a través de booking.com en hoteles de cadenas conocidas y calidad intermedia, solo para pasar la noche. Pero hay gran oferta tanto de casas como de hotelería de diverso tipo.

Día 3 – Anna Maria Key

El recorrido comenzó en Sarasota, en Lido Key a diferencia de Siesta que es más de casas y más verde, Lido key es una zona más de edificios con vista al mar. Cabe aclarar que en todas las playas los accesos son buenos al igual que los estacionamientos. También se cuenta con baños, duchas y todo lo necesario para que sea  confortable.

Costa oeste de Florida, destino de playas

Avanzando en el camino nos topamos con el Parque Joan M. Durante en donde aprovechamos a caminar un poco, conocer la flora del lugar e incluso presentarnos ante una familia de mapaches.

Las siguientes playas son Bradenton Beach en donde paramos a ver el puente levadizo y aprovechamos para almorzar en un bar en la playa. Lo pintoresco de este lugar es que las casas están en su mayoría pintadas de colores pasteles: rosa, celeste, amarillo y verde agua. 

Costa oeste de Florida, destino de playas

Pasamos por  Coquina Beach para llegar a lo que para mi fue el lugar más lindo para quedarme y donde algún día espero volver: Anna María Key un pueblo de playa que invita a estar en ojotas y traje de baño, caminar por la playa y disfrutar de hipnotizarse con el mar. 

Costa oeste de Florida, destino de playas

Hay una playa pública y un muelle para recorrer pero lo más lindo está escondido. La punta norte de la isla a la que se accede por senderos entre casas privadas. Una playa de arena talco y un mar vasto de caracoles y digno de una escena romántica.

Es un lugar para alquilar una casa y vivir tranquilo unas vacaciones de playa únicas.

Día 4 – Clearwater – Tarpon Spring

Más al norte se encuentra la ciudad de St. Petersburg, zona que pasamos más de largo en nuestro caso pero que merece la pena recorrer también por sus playas. En St. Pete Beach hay hoteles y espacios lindos para pasar días de sol. Algunas paradas en el camino: Treasure island, Sand Key park y Broken island.

Para los que prefieren los mega hoteles en frente de la playa sin duda Clearwater es su destino. Una ciudad de veraneo con todo lo que ello requiere. Su famoso muelle el Pier 60 es el punto neurálgico.

Nosotros teníamos un último destino previsto para este día: Tarpon Springs un lugar en donde la comunidad griega se instaló y creó una zona sobre el puerto en donde se escucha música y voces en griego, los carteles están en su lengua y la gastronomía por supuesto también.

Costa oeste de Florida, destino de playas

La actividad principal es la pesca de esponja y si uno llega a media mañana verá los barcos descargar el fruto del trabajo del día y luego podrá disfrutar de una caminata por las pocas calles que la componen para almorzar en alguna de las opciones disponibles. Nosotros elegimos la comida al paso para luego emprender ya la vuelta de este recorrido que nos dejó más enamorados, más felices y más descansados a pesar del “road trip”.

Día 5 – Cruce a costa Oeste 

En nuestro caso la vuelta hicimos el cruce hacia el este para conocer St. Augustine alojados allí una noche  y volvimos ya solo parando en Daytona.  St. Augustine lo dejo para una nota dedicada a ella.

All Inclusive en Brasil, Praia do Forte

All Inclusive en Brasil, Praia do Forte

Por: @viaja2net 

Debo confesar que no tenía mucha experiencia en All inclusive, siempre fui defensora de ser viajera, definiendo este término como quien va armando su viaje a medida, con cada detalle. Sin embargo el pasado mayo tuve la oportunidad de viajar por segunda vez a un all inclusive luego de 25 años de aquella primera vez y le encontré enormes ventajas.

El destino elegido fue el Iberostar de Praia do Forte en Brasil. En este caso fue un viaje de amigas que queríamos tener todo resuelto y dedicarnos a disfrutar. Volamos por Aerolíneas Argentinas hacia Bahía y de allí fuimos en remise, unos 60 km de recorrido hasta el hotel.

Qué lindos son los viajes de amigas, confidencias, charlas eternas, fotos miles, bailar con el secador, intercambiar cremas, planear más viajes como si nada más existiera, volver a sentirse jóven y hacer pavadas que nos hacen reír hasta el límite de nuestra continencia. 

Llegamos y lo primero que hicimos luego de recibir nuestras habitaciones, fue coordinar con el sector de gastronomía, qué restaurantes íbamos a visitar, la propuesta incluía gastronomía de francia, italia, de asia, mexicano  y un buffet variado internacional. Dentro de las noches que estuvimos (siete) podiamos elegir 3 restaurantes y el resto ir al buffet principal.

El lugar es muy amplio y cuenta con todo lo necesario: esparcimiento, bares, negocios, cafecito. Depende de qué tipo de viaje realices es donde te conviene estar. Son unas 5 piletas rodeadas de edificios de hasta 3 pisos con habitaciones. Una de las piletas tiene en una parte toda la zona de juegos de niños y el espacio de guardería y actividades infantiles y en otra zona se realizan las fiestas y actividades de baile en el agua

All Inclusive en Brasil, Praia do Forte
All Inclusive en Brasil, Praia do Forte

En otras zonas de las piletas se puede plantear una estancia más tranquila e incluso hay una zona de piletas de acceso único para adultos. Se paga un valor adicional por estar en dicho sector. 

Una propuesta para cada tipo de viaje

En síntesis Iberostar Praia de Forte tiene propuestas y es ideal ya sea para un viaje en familia con niños, un viaje en pareja o  un viaje de amigos. Entre los días de semana suele ser más tranquilo mientras que los fines de semana se nota un afluente de huéspedes de Brasil que van a pasar el fin de semana. 

Se podía ver varias familias de tres generaciones, abuelos, hijos y nietos disfrutando juntos de cada propuesta con la que cuenta el complejo.

All Inclusive en Brasil, Praia do Forte
All Inclusive en Brasil, Praia do Forte

En nuestro caso solíamos disfrutar de toda la mañana en la playa para, pasado el mediodía ir a almorzar y luego disfrutar la tarde en las piletas. En esta época del año a las cinco y media de la tarde ya se va haciendo de noche por lo que es fundamental disfrutar desde temprano.

All Inclusive en Brasil, Praia do Forte
All Inclusive en Brasil, Praia do Forte

Luego de ese horario pasábamos por algún bar o café del hotel y, luego de descansar en la habitación un rato, nos preparábamos para ir a alguno de los shows de la noche y a comer al restaurante elegido o al buffet del hotel. Alguna noche hasta fuimos a bailar un rato al “boliche” pequeño con el que cuenta el lugar.

Para los que quieren disfrutar de un momento de spa la propuesta es muy variada y no está incluida en el paquete. Se elige y paga aparte. Hay puestos de masajes en diversos lugares del complejo y un centro de bienestar muy completo.

All Inclusive en Brasil, Praia do Forte
All Inclusive en Brasil, Praia do Forte

Otras actividades en la zona

Hay varias propuestas para recorrer. Un imperdible es una tarde ir a conocer el centro de Praia do Forte, nosotras fuimos en taxi y visitamos esa calle céntrica con bares, negocios y una iglesia muy linda para visitar. 

Otro día que llovía aprovechamos y fuimos con un auto con chofer que nos llevó a los puntos turísticos de Bahía: la iglesia Nuestra Señora del bomfim con todas sus cintas de colores atadas como ofrendas, el elevador, y la famosa zona del Pelourinho que  es el barrio antiguo de Salvador, declarado Patrimonio de la Humanidad. Sus calles empedradas están llenas de sitios históricos, arquitectura colonial, museos, restaurantes, bares, hoteles, músicos y capoeira. 

All Inclusive en Brasil, Praia do Forte
All Inclusive en Brasil, Praia do Forte

A la vuelta pasamos por un shopping outlet que había en el camino del hotel a la ciudad.

En el hotel también te ofrecen ir a ver la reserva de tortugas o hacer un recorrido en monopatín eléctrico también hacia el centrito de la ciudad.

Pros y Cons de este All inclusive

El complejo está ubicado en una reserva natural en donde se puede conocer la estación de vigilancia de tortugas marinas en peligro de extinción. Cuenta con una oferta de 6 restaurantes y 5 bares. Además el lugar permite disfrutar de 5 piscinas, un spa y una costa de playa a la que se accede caminando pocos metros desde las habitaciones. 

Iberostar cuenta con dos complejos hoteleros en la zona, el otro es el Iberostar Bahía al que se puede visitar yendo en carrito de golf.

Es destacable la calidad de atención, el mantenimiento y limpieza de todos los sectores y la enorme variedad gastronómica que ofrece el hotel La calidad de las bebidas en los bares es muy buena.

All Inclusive en Brasil, Praia do Forte
All Inclusive en Brasil, Praia do Forte

Una cosa que notamos que realmente no es buena es el vino incluido. La opción es vino Uvita argentino, un vino realmente de baja calidad para el nivel medio que tiene todo el resto de la oferta. 

La opción es comprar vino de la carta pero la propuesta tiene un costo alto. Sería más coherente contar con un vino sencillo incluido, pero de una calidad aceptable y acorde a lo que es el all inclusive.

Dentro de la oferta de restaurantes todos fueron muy buenos a excepción del restaurante de comida asiático cuya calidad nos pareció que podría mejorarse ampliamente, tanto en atención como en la carta.