Escapada a Río de Janeiro

Color, alegría y naturaleza y si…Maravillosa

Escapada a Río de Janeiro: Por Mecri @Viaja2net

Salir de la rutina, robarle unos días al invierno y escapar al calor, arena entre los pies, ruido de las olas al romper, sabor dulce de la caipirinha entre los labios, olor salado en todas partes. ¡Qué lindo es Río de Janeiro para sentir que la vida es una fiesta, y no hay mal que por bien no venga!.

Siempre quise conocer Río aunque cuando llegó el momento de viajar no encontraba bien cómo organizar mi itinerario. Por un lado estaban las playas que sin duda invitan a disfrutarlas, pero yo quería conocer los hitos, los puntos claves de la ciudad. Así luego de leer, averiguar y armar recorridos, finalmente me fui sin la menor idea de qué íbamos a hacer. Totalmente a la deriva. Lo único que teníamos claro es que nos íbamos a hospedar en los hoteles Mercure de la cadena Accor y que un día iríamos a Angra do Reis a experimentar lo que podrían ser unas vacaciones en velero, de la mano de Host and Boats.

Escapada a Río de Janeiro

Río de Janeiro es una ciudad emplazada en medio de majestuosos morros que la hacen parecer una invasora de la naturaleza. Ellos a su vez le recuerda siempre que quien manda es el verde y no ninguno de los mortales que la habitan ni los avances tecnológicos que se puedan proponer. Por más innovación y modernidad traída de la mano de la Copa del mundo y los Juegos Olímpicos la esencia de Río vuelve a aflorar por todos los rincones, chiringuitos rudimentarios, poca ropa en lo posible, playa, deporte con pelota y sol mandan en el día a día.

Escapada a Río de Janeiro

La ciudad le da la cara al mar, pero su espalda lleva un enorme peso de pobreza manifiesto en las famosas favelas que crecen desorganizadamente remontando los morros y también en las plazas y sobre todo de noche se ve la miseria acercarse a las zonas más evolucionadas, vestida de harapos, rebozados de alcohol o de alguna sustancia que facilita el olvido. Niños, mujeres y hombres de tez morena en su mayoría montan campamentos bajo los árboles para pasar la noche.

Escapada a Río de Janeiro

Mientras recorro sus calles por primera vez tengo un sentimiento ambiguo que me impide definir si me gusta o me traba el pecho y dá tristeza. Las construcciones coloniales se entremezclan con las modernas. Los cables de luz y otros tantos tejen telarañas a unos 3 o 4 metros del piso, desorganizados e invasivos. Falta de planificación urbanística es algo que parece definir la arquitectura de la zona céntrica de Río. La humedad ambiente penetra todas mis células y el olor agrio que a veces incluso se mezcla con olor a pis y otras con olor a ajo es intenso. Caminamos mucho es por ello que tal vez lo sentimos más.

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El primer día optamos por hacer los puntos turísticos así que por la mañana, partimos a la estación de tren del Corcovado en donde se inicia el trayecto hacia el famoso Cristo Redentor. El tren surca la intensa vegetación del morro y luego de una escalada de 20 minutos aproximadamente llega al pie de las escaleras en donde unos 220 escalones te separan de llegar a los pies de la majestuosa escultura. Ver esa imagen dominante impacta y vislumbrar la ciudad de Rio a tus pies también.

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De allí seguimos adentrándonos en el centro de la ciudad y fuimos a visitar la Catedral de San Sebastián de Río de Janeiro (en honor al santo patrono de la ciudad). Es una especie de cono con 96 metros de diámetro interno y una altura total de 75 metros y está inspirada en las pirámides de Centroamérica​. Cuenta con 4 grandes vitrales coloridos que si uno se sienta y mira donde convergen hacia el cielo nota la cruz griega de luz que domina la estancia. La caminata siguió bordeando el antiguo acueducto, el cual está un poco descuidado y como paseo turístico no dice mucho, Popularmente es conocido como los Arcos da Lapa y es considerada como un hito de la arquitectura colonial de Brasil.

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A unas cuadras de allí nos encontramos con la famosa Escalera de Selarón del barrio Santa Teresa. La misma es conocida internacionalmente por la llamativa decoración de azulejos hecha por el artista plástico chileno Jorge Selarón, trabajo que inició en 1990 y que continúa en una renovación constante. La escalera tiene 125 metros y 215 peldaños, y está completamente revestida de piezas de cerámica de distintos colores, tamaños y formas. Algunas de ellas contienen dibujos en su interior.

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Caminando por esta zona sólo pensaba en que Río es color, vivo, brillante parece una ciudad dispuesta a ser feliz, no importa qué pase ni qué situación se tenga. Empecé a entender y sentir un poco más. A conectarme con el lugar y allí comencé a querer a Río, empecé a sonreír.

El alto siguiente fue para almorzar y para ello en este caso elegimos la modernidad del Shopping de Botafogo, y así nos fuimos alejando un poco de la zona más histórica hacia el sur. La elección no fue para ir de compras sino porque teníamos el dato que en su último piso existe un patio de comidas con un enorme ventanal que da a la bahía de su mismo nombre y del cual se puede tener una excelente visión del Pan de azúcar. Como el presupuesto era ajustado decidimos no subir allí ya que el ticket cuesta unos $1150.- cdaa uno.

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Momento de playa ¡si! Nos alojamos en el hotel Mercure Copacabana un hotel tres estrellas muy bien ubicado en el medio de la bahía que le dá su nombre, sobre la Av. Atlántica con vista al mar desde algunas habitaciones. El hotel está renovado hace muy poco. Nos tocó una habitación amplia con muy buena cama clara, y con apenas unos toques de color en los almohadones. El hotel cuenta con un muy buen desayuno a la mañana y con servicio de playa. Además quienes te atienden son sumamente amables y cordiales.

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La bahía de Copacabana es muy linda, en su mayoría los edificios que la componen son hoteles. Al ser una zona más bien turística la playa está más llena de lo habitual de vendedores ambulantes y la rambla cuenta con numerosos paradores para comer o tomar algo. también en las veredas hay muchos manteros y puestos de venta de artesanías y también de tragos. Nos quedamos allí hasta entrada la noche porque el clima de Mayo es ideal, 30 grados y un mar cálido que se disfruta a pleno.

Mientras caminábamos de noche por la playa se me ocurrió que algún edificio debía tener un lindo Rooftop para ir a comer y por suerte ejusto al lado de nuestro hotel, en el hotel J. W.Marriot su terraza alberga a un foodtruck llamado “Moon Lounge” comimos hamburguesas y kebab y unos ricos tragos con una extraordinaria vista de la bahía de noche y el mar de fondo. ¡Super recomendable!

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Siendo viernes ya elegimos alquilar un auto para ir recorriendo la costa hasta llegar a Angra do Rei a unos 150km de Río. La primer parada fue en Ipanema y Leblon que es la Bahía siguiente a la de Copacabana hacia el sur. Esta playa y esta zona me encantó, así que terminamos quedándonos todo el día allí. Almorzamos en la playa, disfrutamos el mar. La zona es mucho más residencial, aunque hay algunos hoteles como el Sofitel o el Sheraton.

Acá no hay tanto vendedor ambulante y los edificios tienen más aire y luz entre ellos. El mar es igual de maravilloso. Una comida rápida en el Shopping Leblon y emprendimos el camino a Angra. Nos alojamos en el hotel Mercure nuevamente que en este caso cuenta con apartamentos de 1 y hasta 3 ambientes todos rodeando una espectacular pileta de borde infinito que está a la vera de la baha por lo que la prolongación del agua hacia el mar de un efecto visual increible.

Paraty

Como somos movedizos y la ciudad de Angra no es muy linda decidimos partir 100km más hacia el sur y conocer Paraty, una ciudad colonial super pintoresca que me hizo acordar a Colonia en uruguay pero con aires mediterráneos. Su casco histórico es una sucesión de fachadas blancas con puertas y marcos de ventanas pintados de diversos colores vivos, rojo, amarillo, azul, verde, turquesa. Sus calles de piedra bola hacen difícil el caminar por lo que te obligan a ir despacio y así adentrarte en la sensación de estar fuera de era. Al llegar a la plaza escuchamos tambores y el viaje de los sentidos se sigue incrementando. En este pequeño pueblo de pocas manzanas sorprendentemente viven tres iglesias coloniales.

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Tras esa sucesión de fachadas se esconden negocios de artesanías, negocios modernos y sobre todo varios lugares para comer o tomar algo. Una atracción sin duda es el Almacén de Cachaza bebida emblema para realizar las mejores Caipi.

Mientras emprendemos la vuelta fuimos parando por las distintas playas que nos encontramos en el camino para conocer más esta zona tan verde y tan linda, tan llena de naturaleza y a veces con sensación de olvidada.

Angra desde el mar

El domingo fue el día en donde abordamos el “Belleza Pura” un velero de 34 pies de Hostandboat, la empresa online de alquiler mundial de veleros con y sin capitán. Sí, uno puede alojarse durante días en cualquier parte del mundo y así recorrer desde el agua diversas zonas del mapa. En este caso Silvina nos dió toda la ayuda vía whapp para organizar nuestra estancia. En tierra nos esperaba Ricardo quien ofició de anfitrión y en el mar nos acompaño Jailson como nuestro capitán. Durante todo el día navegamos y paramos en las distintas islas, en algunas bajamos a nado, en otras en bote. En todas pudimos apreciar su naturaleza, la sencillez de sus pobladores y la olvidada realidad de que no se necesita más que lo básico para vivir bien.

El mar transparente y cálido, el sólo sonido del viento entre las velas y el agua golpeando el casco, el sol abrazando sin agobio, libertad plena. Así concluyó esta escapada que me llenó de sorpresa, me recargó de energía e hizo que mi mente reflexionara sobre tantas cosas como la inmensidad que nos ofrece la naturaleza, el uso que le damos, lo esencial que necesitamos y la presencia de la alegría sea cual sea la circunstancia en la que vivas.

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Datos útiles:

PUNTOS TURÍSTICOS: Corcovado- Cristo Redentor: Si vas en temporada alta es recomendable sacar los tickets con antelación desde la web. Pero OJO antes fijate el canal Corcovado ao Vivo para ver si hay visibilidad. No tiene sentido ir allí si hay demasiada niebla. Igual si esto te sucede, te permite no canjear los pases y usarlos días posteriores. En cambio si vas en temporada baja es más recomendable ir directo a la estación de tren y sacarlos en el momento. El valor del ticket es desde $700 aproximadamente.

MOVILIDAD: En la ciudad de Río Uber funciona perfecto. Lo usamos para hacer todos los tramos que fuimos necesitando. En la zona de Copacabana o Ipanema moverse alquilan bicis de la ciudad o los sistemas de monopatín eléctrico son una excelente opción.

VELERO HOSTANDBOAT: Si te gusta navegar es una excelente opción para analizar versus un hotel. Por ejemplo el velero en Rio de 34 pies cuesta por día del barco con capitán: u$s 280 para 4pax. Precio sin capitán , el barco es para 6 pax, u$s 200. En este destino el mínimo de noches es 5. www.hostandboat.com

HOTEL: La cadena de hoteles Accor ofrece diversas alternativas de alojamiento en Río.
COMPRAS: Además de los shoppings mencionados en las nota para los amantes del deporte es recomendable visitar el Decathlon de Barra de Tijuca.

Brasil

Brasil es un destino muy elegido por los argentinos en vacaciones de verano. Dentro de la cercanía con argentina sin duda Florianópolis cuenta con numerosas playas para disfrutar. Muchas muy conocidas como Praia Brava, Praia dos Ingleses, Canasvieiras, Joaquina, Lagoinha. Unos 85 km. antes de llegar a “Floria” se encuentra Praia do rosa un destino que durante los últimos 20 años no paró de crecer pero aún conserva su rudimentarismo y es el lugar elegido de muchos surfers para pasar el verano.

A quienes decidan ir a este destino, les recomendamos que intercalen unos días yendo a diversas playas de los alrededores, algunas para llegar en auto hasta la arena, otras para ir por lindísimas trillas, otras a las que hay que  ir cruzando una laguna a pie o en bote. Nosotros tuvimos la suerte de conocer este destino de la mano de amigos que iban desde que era casi despoblado y nos enseñaron a disfrutarlo y a recorrerlo de punta a punta.

Brasil

Es que si hay algo que tiene Praia do Rosa es que llegas ahí y te das cuenta que para vivir no necesitas nada más que un par de ojotas, un traje de baño y un techito cada tanto cuando llueve. La energía y conexión con la naturaleza es instantánea. Está claro que no es un destino para todo el mundo. Se requiere de poder caminar sin problema para disfrutarlo. Aunque hay uno o dos alojamientos en el centro de la bahía: Fazenda Verde y Fazenda Rosa que están casi a ras de la playa. El resto de los alojamientos y casas están más arriba en la ladera del morro y como mínimo requieren una caminata de medio km. para subir y bajar a la playa.

Brasil

En nuestro caso, como en el de muchos debíamos caminar 1 km. por día que implicaba una gran subida primero y una gran bajada luego. Los primeros días era complejo, pero luego era parte de lo pintoresco del lugar. Rosa es para moverse a pie fundamentalmente. Incluso para ir a comer o a pasear al “Centrinho” y ver locales (Mucha oferta de trajes de baño de excelente calidad, entre otras cosas de playa) hay que caminar, y siempre subir y bajar.

Esta zona costera de Brasil es una sucesión de bahías de diversos tamaños. Mirando el mar a la derecha de la bahía de Praia do Rosa está Praia do Luz a la que se puede acceder en auto al mejor estilo Cariló y donde siempre uno se encuentra con el carrito infaltable de venta de Caipirihna o Caipiroska. Un personaje pintoresco si los hay.

Brasil

Del otro lado, está Praia Vermelha. Para llegar a ella se debe ir recorriendo una trilla de una hora aproximadamente de caminata entre un verde imponente. Tiene algunas subidas y bajadas así que a hacerlo de a poco y llevar agua para el trayecto. Nosotros algunos días partíamos con reposeras, tablas y sombrillas a la mañana y recorríamos el trayecto para disfrutar todo el día de dicha playa.  La paz y tranquilidad a comparación de Rosa es impagable.

Otro recorrido que les recomiendo es un día cargar el auto y partir para Guarda do Embau. Y obviamente que también es una opción en donde alquilar o alojarse. Lo pintoresco de este lugar es que al llegar dejas el auto y lo primero que encontrás es una laguna, que hay que sortear a pie con el agua en la cintura y las cosas en la cabeza, o para los más civilizados, hay botes que te cruzan. Allí hay una playa con extenso mar que se une también a la laguna generando un pequeño río. Hay días que se puede cruzar a una segunda bahía más pequeña, parte caminando y parte a nado. (O también sólo caminando por una trilla pero desde el lado previo a cruzar la laguna). Y de allí se cruza una trilla no muy extensa, y se llega a la Prainha. La verdad es ¡¡Imperdible!! El placer de llegar a esa playa desolada y esa bahía increíble es único. Amantes del yoga y la meditación querrán eternizarse en dicho lugar a contemplar.

Brasil

Para los más osados pasando esta bahía se accede a una nueva trilla. Esta es muy sencilla en cuanto a que no tiene tanta inclinación pero es más larga. Tienen muchas zonas de pasto y uno se siente la novicia rebelde cruzando por allí. A mi me la recomendó un gran conocedor de esta zona: Esteban, el panadero dueño de Pannus, en Lirios del Talar y vecino de muchos. Luego de caminar un buen rato encontrarán una pequeñísima bahía y a su derecha un parador super rústico pero híper pintoresco. Habrán llegado a la Playa do Maço. También verán que hay muchos montoncitos de piedras hechos por el hombre. Los pueblos indígenas de los Andes denominaban a estos montículos “apachetas” y los construían en los bordes de los caminos como ofrenda a los dioses para pedirles que les protegieran durante el viaje. Hoy los cuidadores del medio ambiente recomiendan no hacerlos pues generan un impacto dañino pues al mover las piedras se dejan al descubierto raíces  o hábitats ocupados por animales invertebrados, sobre todo insectos y moluscos, lo que altera un entorno delicado.

Este parador es soñado y además se come muy bien (¡o teníamos mucho hambre después de la extensa caminata!). Hay poca gente,  algunos viajeros, mochileros, muchos de ellos que viven en un camping allí cerca. Si uno quiere visitarla en auto, puede hacerlo yendo hasta Pinheira y de allí sólo debe hacer una trilla en bajada (¡¡A la vuelta hay que subirla!!) de unos 10 a 15 minutos).

El sol, el ruido del mar, los paisajes, las plantas, el viento, la lluvia, toda la naturaleza invita al relax. Al tercer día allí uno se olvida del trabajo, el teléfono pasa a ser sólo una máquina de fotos y las vacaciones son absolutas. La buena compañía, ir en grupo de amigos o familia es ideal. Y los vecinos brasileros siempre hospitalarios no dejarán de invitarte “Mais uma cerveja!!!” y uno, no dejará de brindar por ¡la vida!

Texto y fotos Mercedes Cordeyro

@viajja2net

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